¿Adictos al celular? Parte II


2018-10-16 |  Entrar en el proceso de recuperación


Romina Diédrich*

Adicción a la pornografía

Otro tema inquietante en el mundo de lo virtual es el material pornográfico que es cada vez más creciente en la red. Detrás de una imagen o video pornográfico, hay grandes industrias dedicadas a buscar cada vez más adherentes y adictos a estos materiales. Y a estas industrias van anexadas temas tan complejos como, por ejemplo, la trata de personas, la violencia sexual y la pedofilia. La pornografía no es inofensiva desde ningún punto de vista.

Así como las demás adicciones, la pornografía genera tolerancia (la persona necesita “ver” más, “innovar” mas en estos contenidos, o concretar lo que ha visto), dependencia (se necesita para el bienestar general de la persona) y abstinencia (malestar físico, psíquico y emocional cuando no se consume).

Por otro lado, en este proceso de innovación, la persona va accediendo a diferentes contenidos que cada vez pueden ser más variados, explícitos y retorcidos. Esto, poco a poco, va puede producir en la persona una forma de vivir su sexualidad que puede llegar a ser muy disrtorcionada, difuncional y discapacitante en el desarrollo psico-bio-social de la persona.

 Proceso de recuperación

¿Te sientes adicto? Salir de una adicción no es un proceso mágico, y requiere que seas activo en el proceso de tu recuperación.

1.      Reconocer el problema: Debes hacerte cargo de tu problema. En la Biblia leemos que lo que te aleja de Dios se considera un pecado. Es importante que puedas ver cuando estas empezando a alejarte de Dios por usar tu celular.

2.      No dialogues con tu pecado. Puedes estar siendo víctima de tus propias manipulaciones (un poco más, necesitas ver eso, que habrán publicado de nuevo? Te olvidaste de escribirle a tal persona, tuviste un día muy complicado, te mereces un descanso, etc.). Lo importante es que reconozcas que tienes un problema y puedas obrar en consecuencia para salir.

3. Comparte el problema con un mentor que pueda ayudarte y guiarte, a quien puedas contarle tus debilidades y pueda hacerte un seguimiento. No pienses que lo sabes todo ni que puedes hacer todo solo, es importante que te abras y reconozcas tu debilidad (Romanos 12:16b).








*Romina Diédrich es Licenciada en Psicología. Trabajó tres años colaborando en un tratamiento para adictos. Hace siete años es docente, y actualmente dicta Terapia Familiar y de Intervención y Tratamiento Sistémico. Además, hace siete años es terapeuta especializada en familia.