Los dos retos de la familias migrantes


2019-01-15 | Los nuevos contextos requieren de nuevas formas de adaptación


Edwin Castro*

No podemos suponer que todos los migrantes entienden a profundidad el significado de cambiar de lugar de residencia. No se trata de hacer una maleta y “volar” pretendiendo volver a empezar; se debe calcular el precio de esa decisión.

En mi caso, cuando fui trasladado por una multinacional de Colombia a Estados Unidos, junto con mi esposa Maribel, hace más de 12 años, nunca nos imaginamos que tendríamos que pasar por tantas situaciones a nivel económico para llegar a las conclusiones que hoy comparto como asesor financiero y que posiblemente lleguen de forma oportuna a muchas personas para evitarles cometer los mismos errores, o ayudarles a salir de ellos. 

Un común denominador que he observado en los individuos y familias que migran, es que llegan al nuevo destino pretendiendo implantar exactamente las mismas costumbres, hábitos o tradiciones de sus países de procedencia casi en estado de “negación” al momento de adaptarse a las nuevas demandas. El hecho de que usted haya tenido éxito con una estrategia en un lugar “X”, no necesariamente le garantiza los mismos resultados en un nuevo contexto social y económico; por esto, los dos retos de las familias migrantes son: 

1.    Despegarse de lo viejo

El pueblo de Israel se tomó mucho tiempo para llegar al nuevo territorio; dice la Biblia que lo nuevo era un lugar de abundancia, donde fluía “leche y miel”… es una lástima que la generación que salió de Egipto, no haya sido la misma que entrara a este tierra prometedora, ¿por qué? Porque los primeros no decidieron despegarse de su “esclavitud”, siguieron deseando cebollas y no creyeron que el menú de Dios era mejor o, por lo menos, más dulce. Ser exitoso en el proceso de cambio depende de qué tan ágil sea usted para cerrar capítulos con acción de gracias; cada temporada es única, es necesaria y, por lo tanto, no se puede comparar. 

No solo su entorno cambiará, el paisaje será diferente, los olores, sabores, personas, acentos; de igual forma usted necesitará adaptarse y, por lo tanto, cambiar. Esto no significa que no extrañará o sentirá nostalgia por lo que dejó atrás; llegarán momentos en que impulsivamente considerará regresar, pero cuando su fe no está puesta en la nueva ciudad, sino en Dios, puede esperar encontrárselo en todos los nuevos escenarios, y se le presentará con una nueva oportunidad o una puerta que se abre con sus hojas en blanco para iniciar la escritura de una nuevo capítulo. Este es el momento para desaprender y aprehender; en algunos casos es más crítico que en otros, pero siempre necesitará tener las manos vacías para saber cómo recibir. 

2.    Conocer lo nuevo y adaptarse

“El sueño americano” es conocido por hacer promesas de una “mejor vida”, dadas las condiciones y posibilidades que ofrecen los Estados Unidos de América. Es tan llamativa la invitación a adquirir “cosas”, que muchos hemos sucumbido y llenándonos de tarjetas de crédito, la deuda se convierte en el centro de nuestra vida, ya sea por guardar las apariencias, llenar vacíos, no tener una perspectiva clara del futuro o desconocer el plan de Dios a nivel financiero. “Usted sin deuda no es nadie” es lo que algunos recitan a los recién llegados, casi como dictaminándoles el resto de sus días. 

Es muy sencillo tener una tarjeta de crédito y también es supremamente sencillo quedar arruinado. Es por eso, que las familias migrantes deben estar alertas de la letra pequeña de los contratos, las condiciones ofrecidas por los bancos y estar muy conscientes del costo real de sus transacciones porque definitivamente se verán comprometidos todos los integrantes de la familia y su libertad, supuestamente en el país de las posibilidades. 

Examine cuáles de sus costumbres financieras le han dado resultado y ahora, observe en dónde está “parado” y determine las nuevas exigencias y si lo que piensas que es correcto, aplica en su nueva residencia. Algunas prácticas le servirán, algunas otras necesitarán ser renovadas y unas nuevas deberán ser incorporadas a su sistema de vida. No se imponga; sea vulnerable y permítase ser permeado por la nueva bendición de Dios presentada en otros términos. Debe innovar y reinventarse para poder sobrevivir. 

Examínelo todo, quédese con lo bueno y rechace todo lo malo, en este caso, ¡no se endeude! Existe una ruta para la libertad financiera.







*Edwin Castro. Consultor, coach ontológico acreditado FICOP, administrador de empresas, fundador y director de Nexos Global y Presencia Viva en Miami, Florida. Tiene como misión de vida ayudar a esta generación a encontrar su identidad, alcanzar la libertad financiera y descubrir su propósito de vida. Se desempeña como asesor financiero y conferencista a nivel internacional; además, es miembro de juntas directivas de entidades que trabajan con el gobierno y la comunidad.