Libre al fin. Parte II


2019-07-29 | ¿Sufres trastornos en tu alimentación? ¿Conoces a alguien que los tenga? Mira estas claves para para ser libre



Por Deborah Fehsenfeld*


Detener la práctica de la bulimia fue simplemente el inicio de toda una nueva vida, pero fue un importante comienzo. Fue a través de este tiempo que por primera vez comencé a creer en el poder de Dios que excede mi imaginación. Yo quiero compartir algunos pensamientos que han sido de ayuda para mí a través de este proceso de haber sido liberada de esta esclavitud.

Yo he empezado a creer que el patrón básico para el cambio es el mismo sin importar cuál sea el hábito o la adicción: dependencia de Dios, confiar en Su ayuda un día a la vez, tener el propósito firme de evitar aquellas cosas que detonan la situación, agregar rutinas que promueven la salud, y saturarnos de la Palabra de Dios. Mi batalla particular fue con la bulimia así que esta es mi referencia, pero creo que estos mismos principios pueden aplicarse a aquellos que están buscando libertad de otros hábitos destructivos y adicciones. Estas son las cosas que continuo practicando, buscando a Dios para obtener cada vez más libertad del gobierno de otras cosas o personas sobre el de Cristo.

1. Clama a Dios

Confesión.  Si tú estás en esclavitud, No hay manera que la libertad sea completada sino es con SU poder.  Déjale saber que tú sabes de tu necesidad de Él y que no puedes hacer nada para libertarte a ti misma,  reconoce delante de Él que tu no mereces nada sino su castigo, habiéndole fallado al amarle sobre todas las otras cosas;  clama por Su misericordia.

Honestidad.  Dile a Él, si puedes hacerlo con toda honestidad, que odias esa comida que ha robado tu amor y tu energía. Exprésale tu deseo de darle a Él todo el afecto de tu corazón. Y si te encuentras a ti misma sólo diciendo palabras, sin que tu corazón y tu mente estén comprometidas, díselo a Él. Se completamente honesta delante de tu Salvador. La honestidad es esencial para ser sanados. Pídele a Dios que te revele la verdad acerca de tu propio corazón.

Engaño.  En ocasiones podemos asumir, desde luego,  que queremos ser libres;  sería una locura no querer romper con la esclavitud que gobierna nuestras vidas con relación a la comida, y que queremos ser libres para amar a Dios más que cualquier otra cosa o cualquier otra persona.  Que asumamos que algo es verdad acerca de nuestros corazones no lo hace cierto. No esperes encontrar honestidad y  pureza en tu corazón.  Cuando ponemos nuestros corazones bajo el escrutinio de las Escrituras; usualmente encontramos una mezcla de deseos; pasiones y anhelos santos como no tan santos.

Sin la palabra de Dios como un espejo, no podríamos saber lo que realmente es verdad de nuestros propios corazones. ¿Qué debemos hacer cuando reconocemos que aunque queremos amarlo a Él con todo nuestro corazón, y ser libre del gobierno de la bulimia, nos encontramos repetidamente haciendo elecciones que nos llevan a darnos un atracón de comida y luego a vomitar? ¿Qué debemos hacer cuando nos encontramos insistiendo al menos mentalmente, que nosotros debemos amar a Dios más que a la comida aunque en el mismo momento estemos en medio de un atracón? Le pedimos a Dios que purifique nuestros corazones, y nos ayude a ver cualquier engaño que esté allí. Empieza a notar lo que dices, piensas y haces, especialmente en lo relativo a la comida, y ven delante de Dios a la luz de su verdad  revelada.

Petición.  Has esta la oración de tu corazón:   “Oh Dios, tú conoces mi corazón.  Yo quiero ser libre de la bulimia [o cualquier adicción pecaminosa que pueda haber]; Yo quiero amarte con todo mi corazón, pero me doy cuenta que como voy, no lo estoy logrando. Yo sé esto porque continuo abrazando mi viejo amor.’ Tú eres digno de todo mi amor. Por amor a Tu nombre ¿pudieras hacerme absolutamente pura en mi devoción y amor por ti? Cada vez que tu reconoces que tienes deseos mezclados y pasiones en tu corazón, ve delante de tu ayudador y sanador rápidamente. Mantente haciéndolo. Si vienes a Él de esta forma, reconociendo y confesando tu falla, tu mezcolanza entre tus motivaciones y tus deseos, y te comprometes a vivir en obediencia a Su Palabra, recibirás ayuda.

Aunque tu amor por Él no sea todo lo que tú quieres que sea, si es tu anhelo e intención amarlo supremamente, tu puedes estar segura que Él te oirá y responderá  tu clamor de libertad.

2. Confía en  Dios por el Día de hoy

Confía en Él para qué te ayude en este día a comer sanamente y a desechar atracones/purgas. No te digas a ti mismo, “nunca voy a volver a darme un atracón y a purgarme.” En vez de esto, ora: “ayúdame, por favor, Señor, y por tu gracia, yo voy a obedecer;  voy a obedecerte hoy.”   Confía en que Él va a suplir fuerza, perseverancia y el amor que necesitas para obedecerle en el día de hoy. Luego prueba tu confianza en Él haciendo decisiones y elecciones sobre las comidas que comerás, por amor a Dios y a Su Palabra como tu principio. Somos libertados y cambiados día a día.

3. Rechaza comidas desencadenantes

Seguramente hay comidas que particulares que comes durante un atracón—comidas que no comerías si estuvieras planeando purgarte.  Mientras todavía estás vulnerable y volviendo  atrás a tus viejos hábitos, y amándolos, tú debes esperar para introducir estos alimentos nuevamente a tu dieta. Quizás debas elegir no comer estas comidas jamás. Come comidas con las cuales te sientas bien introduciéndolas a tu cuerpo, y no comas demás.

 


Extraído de “Libre al Fin!” por Debra Fehsenfeld. Usado con Permiso.  ® www.avivanuestroscorazones.com