10 consejos para comer correctamente


2019-11-05 | Cómo cultivar buenos hábitos en tu alimentación


Hoy quiero compartir diez de mis consejos favoritos para comer bien y mantenerte en el camino correcto este verano y más allá. ¡Tambores, por favor!

Diez consejos de Jessie para comer correctamente

1. No utilices la comida como un escape.

Dios no creó la comida para llenar huecos emocionales en nuestros corazones o para mantenernos ocupados cuando estamos aburridos. Comer dulces cuando estamos enojados, navegar por los snacks de la alacena cuando no hay nada más que hacer, y comer socialmente son todos escapes no saludables a través de la comida. El terminar con un hábito de comer emocional necesita de determinación, y necesita que vayas a Dios con tu dolor en lugar de al refrigerador. 

2. No te tortures a ti mismo.

Tengo la fuerza de voluntad de un elefante hambriento atrapado en un campo de cacahuates. Me gusta pensar que soy fuerte y tengo dominio propio y todo eso, pero ponme en una casa con galletas de chispas de chocolate y sal y frituras, y todo se habrá terminado para antes de la cena. Yo se esto de mi misma, así que ya no las guardo en la alacena. Conoce tus límites, y entonces reemplaza alimentos tentadores con opciones saludables.

3. Come solo lo suficiente.

Vive de acuerdo con, “No comas hasta que te sientas llena; solo come hasta que ya no tengas hambre”. La mayoría de nosotros hemos sido bendecidos con no tener que preocuparnos por donde vamos a encontrar comida mañana. Sabemos que la próxima vez que tengamos hambre, habrá suficiente comida. Así que no hay razón por la que tengas que llenarte cada comida. Vale la pena memorizar estos dos versículos:

El justo come hasta saciar su alma. (Prov. 13:25 LBLA)

No me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan, no sea que me sacie y te niegue, y diga: ¿Quién es el Señor?, (Prov. 30:7–9 LBLA).

También me gusta la paráfrasis de El Mensaje:

“Dame suficiente comida para vivir, ni demasiado ni muy poco. Si estoy demasiado lleno, pudiera hacerme independiente, Diciendo, ‘¿Dios? ¿Quién lo necesita?’”

4. Trae contigo una botella de agua.

Esta se explica sola bastante bien. Si siempre tienes agua a la mano, no solo vas a estar siempre hidratado sino también vas a comer menos y tomar refresco menos frecuentemente. Puntos extras: Cuando te quedes sin tu botella de agua, escoge agua en lugar de jugos, bebidas deportivas o soda.

5. Solo di “no.”

Disciplínate a ti mismo a decir “no” de vez en cuando a las golosinas solo para recordarle a tu cuerpo quien está a cargo y para practicar el arte del dominio propio.

6. Dile adiós a los antojos.

La mejor forma de romper un ciclo de antojos es reiniciar tu paladar. ¿Cómo? La única forma que yo he encontrado es solo decir “no” a lo que sea que se te antoja comer. Continúa diciendo “no”, y antes de que te des cuenta, ¡ni siquiera vas a estar pensando en esas galletas!

7. Planea con tiempo.

Prepara tu propia comida y snacks para que no tengas que decidir qué comer mientras tienes hambre y miras un menú de comida rápida. El mejor momento para preparar tu comida es justo después de desayunar o después de la cena una noche antes, cuando no tienes hambre. ¡Es sorprendente cuánto más sabiamente escogemos cuando nuestros estómagos no están rugiendo!

8. Permanece fiel a la comida de Dios.

Come alimentos lo más cerca de lo que Dios los creo como te sea posible. Me gusta llamarlos “comida original”. Por ejemplo, en lugar de una taza de fruta empaquetada, intenta una pieza de fruta verdadera, como una manzana o durazno. En lugar de barras energéticas, intenta un puñado de almendras y pasas. Si una comida está fresca, o lo estaba hace poco, tienes un ganador. Por otro lado, piénsalo dos veces si no puedes pronunciar la mayoría de los artículos en la lista de ingredientes.

9. Encuentra un amigo.

Estarás más motivado y tendrás más éxito y diversión en este proceso si unes fuerzas con un amigo. Los estudios muestran que el rendir cuentas es un factor enorme para el éxito cuando se trata de casi cualquier cambio positivo en tu vida, incluyendo alimentarte sanamente.

10. Pide ayuda a Dios.

No solo debes encontrar ayuda humana, ¡también debes solicitar ayuda divina! Esto debería ser pan comido, pero desafortunadamente olvidamos que Dios realmente se preocupa por nuestra salud y bienestar. Pídele a Él que te ayuda a mantenerte disciplinado y motivado a comer bien por las razones correctas.

Para verdaderamente verte y sentirte lo mejor, el comer correctamente tiene que llegar a ser un estilo de vida, no una moda que intentas una temporada y después donas. Sigue tu propio ritmo, y si te equivocas un poco de vez en cuando, recuerda que no es el fin del mundo. ¡Mañana es un nuevo día!