¿La televisión está arruinando su matrimonio?


2021-09-13 | A pesar del tiempo desperdiciado o del contenido perjudicial, todavía están a tiempo de revertir sus efectos


Por Ashley Durand*

Ver la tele juntos no tiene nada de malo, pero si eso es todo lo que hacen, se están perdiendo de mucho más, y quizás su matrimonio no logre alcanzar su potencial.

Aunque estaban sentados a pocos centímetros de distancia, la única interacción que tuvo la joven pareja fue una risa mutua y pedir más volumen a la tele. Las imágenes que aparecían en el televisor a pocos metros de sus caras eran a menudo violentas y de carácter sexual; pero ellos estaban intrigados por la trama y seguían mirando.

Quizás se sienta identificado. Recientemente, en un grupo pequeño de parejas recién casadas al que asistimos mi esposo y yo, las parejas compartieron con orgullo que, la mayor parte de su tiempo libre, la pasaban juntos viendo series como “Juego de Tronos” o “Lupín”. Este pasatiempo “inofensivo” podría estar dañando su relación más de lo que cualquiera puede imaginarse.

Razones por las que la televisión puede arruinar su matrimonio

Tiempo

Quizás esto le suene conocido; llega a casa de su trabajo, cena, prende la tele, ve varios programas con (o sin) su cónyuge y, luego, se va a la cama. Y repite la rutina el día siguiente.

Si este es su caso, no se sienta solo. Según Nielsen, los adultos estadounidenses pasan 11 horas y 27 minutos al día conectados a los medios de comunicación. Sin embargo, con todo este tiempo que pasamos en la televisión, parece que no podemos encontrar tiempo para orar o leer un devocional juntos.

La forma en la que pasan el tiempo que tienen después de la iglesia, el trabajo y los amigos es de vital importancia para la salud de su relación. Por supuesto, no hay nada malo en que vean la televisión juntos de vez en cuando o tengan un programa favorito que disfruten regularmente. Pero si eso es todo lo que hacen, se están perdiendo de mucho más y su matrimonio nunca alcanzará su potencial.

Contenido

¿Alguna vez ha estado viendo un programa o película y de repente una gran cantidad de malas palabras, una escena de violación o una pelea sangrienta lo han alterado? Y aunque encoge los hombros, continúa viendo la escena diciéndose a sí mismo: “soy cristiano, sé que esto esta mal, pero no me afectará”.

Pero, el hecho de saber que el veneno es veneno no significa que no lo llegará a afectar si lo bebe; algo parecido sucede con lo que alimenta su mente. En un mundo donde incluso muchos cristianos son adictos a la pornografía, un programa de televisión con mujeres apenas vestidas equivale a llevar a un alcohólico a un bar.

Lo que ve con su cónyuge puede incitarlo a la lujuria y a la impureza en su matrimonio; de igual manera, el lenguaje y la violencia no fomentan precisamente una relación amorosa con su cónyuge.

¿Por qué es tan importante?

Francis Chan escribió en su libro “You and Me Forever” (“Tú y yo para siempre” en español) que debemos visualizar que un día nuestro cónyuge se encontrará con Dios, y podemos ayudarle a verse hermoso para Él.

Como estoy enamorado de Liza, quiero que tenga una gran vida; pero aún más que esto, quiero que tenga una gran eternidad. Quiero que ella mire su vida hacia atrás sin sentir arrepentimiento. Quiero que esté segura de que el tiempo que pasó en la tierra la preparó para el cielo. Y lo más importante, quiero que escuche a Dios decir: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” (Mateo 25:23, NVI).

Dios le entregó a su cónyuge con un propósito. El matrimonio está destinado a ser más que simplemente tener un compañero para darse atracones de Netflix. Hay implicaciones espirituales según la forma en la que pasan el tiempo juntos.

¿Qué pueden hacer?

A principios de este año, mi marido y yo decidimos hacer un ayuno de 30 días de televisión. Sentíamos que pasábamos tanto tiempo con la televisión que nos estábamos volviendo adictos. Al principio, no sabíamos qué hacer con nosotros mismos ni cómo relajarnos por la noche. Pero después de una semana sin televisión, leíamos libros juntos, orábamos juntos, teníamos conversaciones reales y pasábamos más tiempo al aire libre. Una vez transcurridos los 30 días, ni siquiera queríamos ver la televisión.

Con el tiempo, volvimos a encender la tele, pero nos dimos cuenta de que algo en nosotros había cambiado. La forma en la que filtramos el contenido que veíamos en la pantalla era más rigurosa. Además, estábamos más unidos como pareja y habíamos redescubierto que nos gustaba pasar tiempo juntos.

Quizás ustedes no deseen dejar de ver la televisión como nosotros, pero tal vez puedan intentar ver un episodio en lugar de cinco, o ver tele sólo tres días a la semana en lugar de siete. O tal vez puedan elegir programas con un mejor contenido.

¿Cuáles otras actividades pueden aprovechar para pasar su tiempo?

Aquí tienen una lista de cosas que pueden hacer con su cónyuge cuando no estén viendo la tele:

Leer una novela

Salir a pasear tomados de la mano

Jugar un juego

Orar

Escuchar un sermón

Mirar viejos álbumes de fotos y recordar

Sentarse en el balcón con una taza de café y hablar sobre su día

Sea lo que sea que elijan, valdrá la pena. La televisión en sí misma no es mala, pero puede que no sea la mejor opción para cada tiempo libre que tengan. Primera de Corintios 6:12 (NVI) dice: “Todo me es permitido, pero no todo es para mi bien. Todo me es permitido, pero no dejaré que nada me domine“.







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