2018-01-30 | ¿Cómo administrar los tiempos para que los hijos sufran lo menos posible la ausencia de los padres debido a que ambos trabajan?
Ahmed Jiménez*
Durante los años cuarenta del siglo pasado, debido a que la mayoría de los varones en edad laboral se encontraban peleando la guerra en Europa, las mujeres debieron salir de casa a trabajar en fábricas, comercios, granjas y en muchos otros campos antes reservados para los hombres. Cuando estos regresaron a casa, se reintegraron a sus trabajos junto a sus esposas. Estas no volvieron atrás, sino que formaron una poderosa fuerza laboral que dio origen a la clase media.
Este nuevo estrato social, la clase media, trajo muchos cambios a la sociedad; hubo más producción de bienes, las familias tenían mucho más poder adquisitivo, fue el inicio de los centros comerciales, las familias tenían coche, entre muchos otros cambios socioeconómicos de la época. Pero también hubo cambios que, en un principio, poca gente notó; hizo su aparición en nuestro vocabulario la palabra estrés, las familias empezaron a sufrir tensiones nuevas que desembocaron en un “boom” de divorcios, gran parte de una generación de niños creció en guarderías, centros educativos y en casa con niñeras.
Este cambio en las familias ha creado una serie de conflictos emocionales y, evidentemente, familiares para algunos niños que han crecido sin la presencia, la custodia y el calor de sus padres.
Cabe mencionar que cuando un niño crece en un hogar en el que ambos padres trabajan, es mucho más susceptible a experimentar sentimientos de abandono y a desarrollar una baja autoestima si los padres no se esfuerzan conscientemente en construir vínculos fuertes cuando se encuentren junto a sus hijos. Además, en ocasiones, los padres pueden desarrollar un profundo sentimiento de culpa y la tendencia a descargar esa culpa en su pareja o en los mismos hijos.
Esta es una receta que, posiblemente, convierta el hogar en un lugar de tensiones continuadas del trabajo a la casa, de reproches y culpas, y de abandono y poca seguridad emocional. Estoy seguro que usted no quiere esto para su familia y por eso, presentamos algunos consejos que le podrán ayudar a trabajar fuera de casa y desarrollar un vínculo fuerte con sus hijos.
Cambie el caos matutino por un segundo de amor
Despierte a sus hijos con un beso en la frente en vez de que sea el estresante ruido del despertador el que los ponga en acción. Este pequeño detalle hará que su presencia en la habitación de sus hijos sea reconfortante y les recuerde que son amados. Un beso como primera experiencia en el día les hará sentirse importantes, queridos y no se percibirán a sí mismos como un estorbo para que usted se pueda ir pronto al trabajo.
Ajuste su reloj despertador
Si su familia se despertara 15 minutos antes de lo que lo están haciendo ahora, tendrían tiempo para desayunar juntos. Bien dicen los nutricionistas que el desayuno es la comida más importante del día, y emocionalmente también lo es. Compartir este tiempo de nutrición en familia es muy importante por lo que esto significa para cada miembro de la familia. Los seres humanos asociamos comer con seguridad, y al comer juntos nuestros hijos crean la asociación de que están seguros en este hogar y con estos padres.
Comparta los beneficios
Todas las empresas exitosas comparten algunos de los beneficios anuales con sus colaboradores. Programe, con los ahorros de su trabajo, un paseo familiar, unas vacaciones, un viaje o la compra de algunas prendas para sus niños.
Si los niños comprenden que ellos también disfrutarán de los beneficios de ese salario, ellos no verán su trabajo como una competencia, sino como un trampolín para obtener algunos beneficios. Ellos deben saber que una parte de su ganancia va a un fondo de disfrute familiar.
Use la tecnología
Con la aparición de los teléfonos inteligentes muchos padres sienten que han perdido conexión con sus hijos, y si a esto agregamos el trabajo fuera de casa, esa conexión se hace más deficiente cada vez. Pero, si en vez de luchar contra la tecnología, los padres que trabajan fuera de casa la usaran para enviar mensajes de reafirmación a sus hijos, recibir de estos inquietudes y dudas sobre el día a día y ofrecer una respuesta rápida, fortalecerían su relación en lugar de alejarla; si usáramos la tecnología para recordarles que los amamos y que este sacrificio de tiempo es también por ellos, nuestros hijos se sentirían virtualmente acompañados.
Agende una cita semanal con su familia
Es necesario crear espacios para la familia. Agende una cena, un café o un almuerzo semanal con sus hijos, y haga que ese espacio sea el espacio de ellos para ponerse al día sobre sus relaciones, desafíos, ilusiones o temores. Este espacio debe estar enteramente dedicado a las necesidades de comunicación de los niños y no debe convertirse en una extensión de su oficina.
Asigne tareas en el hogar
Cada miembro de la familia debe tener una cuota de responsabilidad en el hogar. Si al volver del trabajo usted además deberá poner en orden la casa, pasear al perro, hacer las tareas de la escuela, hacer la cena, dirimir pleitos y escuchar quejas, entonces, su hogar no será un lugar de paz, sino de continuación del estrés laboral, y usted trasladará ese estrés a sus niños. Cada integrante de su familia debe tener responsabilidades ineludibles, no solo para que usted no sea quien hace todo, sino para que desarrollen un sentido de responsabilidad que les será útil toda su vida.
Haga que su tiempo cuente
Dejar el trabajo en la oficina es trascendental si deseamos establecer una relación de intimidad con nuestros hijos en todo lo que hacemos. Los niños detectan cuando estamos con ellos presentes en el cuerpo, pero ausentes en el alma. Dedíquese a sus hijos los pocos momentos del día que pasa con ellos. Escuche con empatía mientras ellos le cuentan que no encuentran la otra media; posiblemente usted tiene muchas cosas en qué pensar sobre su trabajo, pero recuerde esto, algún día se retirará y no tendrá que ir más a trabajar, pero por siempre será el padre o madre de esos niños. Deles calidad de tiempo en todo lo que comparta con ellos. Sus hijos se lo agradecerán.
*Ahmed Jiménez, Licenciado en Psicología Clínica, ha laborado como consejero y pastor de jóvenes por más de 18 años en el Centro Victoria Pérez Zeledón. Conferencista, expositor y escritor de 2 libros: “Primero lo Primero” y “Camino al Palacio”; profesor de la Inglés en la Universidad Latina de Costa Rica, UMCA, UNED. Casado y padre de familia. Colaborador en Enfoque a la Familia.