2019-06-11 | Más allá de lo que puedas pensar de ti mismo, evalúa tu vida a la luz de la Palabra de Dios. ¿Estás dispuesto?
Por Nancy DeMoss Wolgemuth
¿Te has encontrado pensando o pronunciando algunas de estas declaraciones? A medida que trabajas en este ejercicio, considera cómo Dios quisiera ajustar tu pensamiento en relación a este asunto del perdón.
1. “No hay falta de perdón en mi corazón”
¿Todavía te sientes molesta con esa persona que te hirió? ¿Tienes un deseo secreto de que esa persona pague por lo que te hizo? ¿Has estado contándole a otros sobre cómo esa persona te hirió?
Si tu respuesta a alguna de esas preguntas es sí, esto es una indicación de que no has perdonado totalmente a una o más personas que han pecado contra ti.
2. “No hay forma que algún día pueda perdonar a (nombre de la persona) por (ofensa cometida). Él o ella me hirió profundamente”
¿Cómo nos ha tratado Dios a nosotros que hemos pecado tanto contra Él? Mira lo que dicen los siguientes pasajes.
Efesios 2:4-5: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en (a causa de) nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados)”
Isaías 43:25: “Yo, Yo soy el que borro tus transgresiones por amor a Mí mismo, Y no recordaré tus pecados.”
Miqueas 7:18-19: “¿Qué Dios hay como Tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad? No persistirá en Su ira para siempre, porque se complace en la misericordia. Volverá a compadecerse de nosotros, eliminará (Pisoteará) nuestras iniquidades. Sí, arrojarás a las profundidades del mar todos nuestros pecados.”
¿Cómo nos manda el Nuevo Testamento a responder a aquellos que nos ofenden o nos hacen mal?
Lucas 6:27: “Pero a ustedes los que oyen, les digo: amen a sus enemigos; hagan bien a los que los aborrecen”
Lucas 17:3-4: “¡Tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca contra ti siete veces al día, y vuelve a ti siete veces, diciendo: ‘Me arrepiento,’ perdónalo.”
Romanos 12:17-21: “Nunca paguen a nadie mal por mala. Respeten (Consideren) lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto de ustedes dependa, estén en paz con todos los hombres. Amados, nunca tomen venganza ustedes mismos, sino den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mia es la venganza, Yo pagare, dice el Señor. Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, carbones encendidos amontonaras sobre su cabeza. No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien.”
3. “No merecen perdón.”
¿Qué hicimos para ganarnos o merecer el perdón de Dios?
Romanos 5:8: “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Efesios 2:4-9: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en (a causa de) nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados), y con Él nos resucitó y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús, a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de Su gracia por Su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
4. “Si los perdono los libero.”
Liberar a tu ofensor no significa que Dios lo haya liberado. El perdón implica transferir al prisionero a Aquél que es responsable de hacer justicia. Nos libera de la carga y la responsabilidad de retenerlos como nuestros prisioneros.
© Revive Our Hearts. Usado con permiso. Adaptado de Seeking Him: Experiencing the Joy of Personal Revival (Buscándole a Él: El gozo del avivamiento personal) por Nancy Leigh DeMoss & Tim Grissom. www.ReviveOurHearts.com www.AvivaNuestrosCorazones.com