El Comienzo de un Legado


2019-11-25 | ¿Ya pensó qué le dejará a sus hijos y las futuras generaciones?


Sixto Porras

Un legado es el aporte espiritual, emocional y cultural, que es traspasado de padres a hijos, sea este positivo o negativo.

Esta definición cambia completamente nuestra idea de herencia. Normalmente pensamos solo en dejar una herencia que consiste en bienes materiales, dinero o propiedades. Sin embargo, un legado espiritual, emocional y cultural, perdurará por generaciones.

Los padres modelan y refuerzan este legado mediante los momentos rutinarios de la vida y en conversaciones casuales. Es por medio de esta interacción cotidiana que logramos impactar sus vidas. Un buen legado prepara a los hijos para la vida adulta, les empodera y les muestra el camino a recorrer.  Por eso:

1. Escuche el llamado y sea obediente

Lo primero que Dios hace con Abraham es llamarlo a salir de su ciudad para vivir algo nuevo. Esta actitud valiente bendijo su descendencia: “El Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré.”(Génesis 12: 1NVI) La bendición descansa sobre un corazón dispuesto a escuchar, a tener fe en la palabra de Dios y a dejarlo todo por seguir el camino que marcará su familia de generación en generación.

Salga de la zona de confort donde se encuentra hoy. No se gana el derecho de celebrar un legado, hasta que se haya pagado el precio de construir uno.

2. Sea lo que Dios dice que es

Defina su identidad en Dios: “Ya no te llamarás Abram, sino que de ahora en adelante tu nombre será Abraham, porque te he confirmado como padre de una multitud de naciones.” (Génesis 17:4, NVI).

Reconozca que su genética viene de Abraham porque somos los hijos de la fe, descendientes de la cruz de Cristo y por lo tanto, somos herederos de la bendición que se originó en Abraham.

“Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. Y, si ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y herederos según la promesa.” (Gálatas 3:28-29, NVI)

Ahora usted debe ser lo que Dios dice que es. Este es el fundamento bíblico. De este pacto nosotros venimos: somos los hijos de la Fe, hemos creído en nuestro Señor Jesucristo. Usted tiene dos opciones: se comporta como hispano o como un descendiente de Abraham.

Abraham podría pensar: “mi esposa es estéril, en mi naturaleza no puedo, en mi realidad no puedo, en mi contexto no puedo”, pero Dios dice: “Tú serás el padre de una multitud de naciones”. Ya no te llamarás “Abram”, ya no será tu nombre el que te descalificaba, ahora eres el que Dios dice que eres. Soy el cumplimiento de los planes divinos. Tenemos que ubicarnos, tenemos que descubrir quiénes somos, y revelarlo a la siguiente generación. 

3. Sane el dolor del pasado

No podemos heredar un buen legado a las futuras generaciones a partir del legado de dolor que heredamos de generaciones pasadas. Por esto, siga las siguientes recomendaciones: Corte la herencia de dolor que ha impactado a su familia en el pasado. Pase lo bueno que ha recibido de las generaciones anteriores, y ayude a su familia a subir a un nuevo nivel.

Suelte el pasado, perdone los errores de los padres, y proyéctese hacia el futuro. Si usted no sana los recuerdos del pasado, y no deja ir los errores del pasado, usted vivirá como esclavo del pasado.

4. Haga que de usted nazca una nueva historia

Sea el Abraham de su familia; el primero en hacerlo diferente. Alguien tiene que levantarse a escuchar el llamado y recibir la promesa; ese es usted. Dios lleva a Abraham a construir algo nuevo. A partir de un solo hombre y de una mujer que no podían tener hijos, nace una historia.

Si usted solo vive en el pasado, deténgase; llegó el tiempo de escribir una historia nueva y comenzar a ver el futuro con esperanza. No cuente la historia a partir del dolor, sino a partir de la lección aprendida. Alguien debe ser el Abraham que dice: “el dolor ya no impactará la siguiente generación”.

5. Inspírese en una promesa que le proyecte hacia el futuro

La promesa determina el destino. Tenga una promesa en su corazón que marque la vida de los suyos. Dios le dijo a Abraham: “Te he confirmado como el padre de una multitud de naciones”. Por eso, mire las estrellas de los cielos, ponga la mirada en la promesa.

Cuando yo vivo con sentido de misión, cuando vivo con el anhelo de levantarme como pionero para dejar a mi familia y a los que vienen detrás de mí en un mejor lugar, algo dentro de mí se convierte en pasión.

6. Viva intencionalmente transmitiendo la promesa

“Aun cuando sea anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido”. (Salmo 71:18)

Proyecte a su familia hacia el futuro. Cuénteles lo que Dios hará, los planes que Dios tiene, y que ha prometido. Ha sido llamado a determinar el destino de su familia, y ser una plataforma para la nueva generación.

Piense sobre su siguiente generación. Imagine sus rostros. ¿Quiénes son los herederos de su legado? ¿Qué cosas Dios les está jurando a ustedes que les dará a la siguiente generación? ¿Cuál es la marca que quiere dejar?