2017-09-08 | Es indispensable ser agradecido, porque es lo que permite que la convivencia sea agradable.
Sixto Porras*
Director Regional de Enfoque a la Familia
¿Es importante ser agradecidos?
Es indispensable ser agradecido, porque es lo que permite que la convivencia sea agradable. Sentirnos agradecidos produce un impacto positivo en nosotros, nos hace sentir bien, produce emociones positivas y esto ha demostrado que trae salud emocional y física a la persona.
La gratitud permite que se vean oportunidades en lugar de obstáculos y nos permite experimentar cercanía con las personas. La gratitud hace que se aprenda más de cada experiencia y registremos el evento como algo positivo en lugar de que se vea como algo ordinario y común. Esta virtud nos ayuda a desarrollar una mayor capacidad de análisis y asimilamos más fácilmente la información que recibimos.
Las personas agradecidas tienden a ser más felices, experimentan menos depresión y manejan mejor el estrés.
La falta de gratitud produce decepción y desánimo. La única forma de contrarrestar estas actitudes negativas es con la gratitud. Cuando nos sentimos agradecidos facilitamos pensamientos positivos, nos sentimos más tranquilos y experimentamos un grado mayor de satisfacción.
La gratitud nos permite sentir alegría, felicidad y sentido de plenitud. Cuando somos agradecidos nos convertimos en personas más amables y a la vez inspiramos esto mismo en los que nos rodean, lo que genera un ambiente más placentero para todos.
La gratitud nos permite tener relaciones más saludables, porque en lugar de demandar, exigir y reclamar tenemos la disposición a solicitarlo con gentileza. Lo que genera reconocimiento, aprecio, confianza y cariño. Definitivamente la gratitud nos acerca a los demás.
Cuando convertimos la gratitud en un hábito, aumenta nuestra capacidad de apreciar las cosas buenas de la vida porque nos permite enfocarnos en lo positivo y eleva nuestro ánimo.
¿Cómo desarrollar el hábito de la gratitud?
Hay personas que tienen una tendencia natural a ser agradecidos, pero hay momentos donde todos debemos esforzarnos para lograrlo.
Debemos desarrollar el hábito de expresar gratitud. Hay momentos donde surge naturalmente porque tenemos buen ánimo, pero si deseamos convertir la gratitud en un hábito, debemos trabajarlo cada día. Para lograrlo, encuentre razones para ser agradecido, elabore una lista de por qué ser agradecido, tome la iniciativa, lleve un diario de gratitud. Hacer estas cosas van a facilitar convertir la gratitud en un hábito.
Preste atención a las cosas que le ocurren, diariamente haga un repaso de los privilegios que ha tenido y decida expresar gratitud siempre.
Baje el ritmo, esto le permite observar mejor, apreciar, y estar más consciente de lo que está experimentando. Por ejemplo; “el sol brilla y el cielo está azul.” “La lluvia cae y los campos están verdes.” “Tenemos paz y libertad.” “Tengo trabajo.” “Tengo una casa en la cual vivir.” “El agua llega hasta mi casa.” “Mis amigos me han acompañado por años y juntos hemos visto nuestros sueños convertirse en realidad.” “Disfruto pasear al perro.” “El árbol que sembré ha dado los primeros frutos.” “Hoy papá salió del hospital y se recupera.” “El dolor que tenía ya no está.” “Hoy pude caminar de nuevo.” “Puedo sentir, ver, hablar, gustar, cantar, reír, amar, correr…” Cuando nos detenemos para ser agradecidos, encontraremos mil razones para estarlo.
Tomar conciencia de lo que está viviendo, apreciar los privilegios que tiene, y expresar agradecimiento a las personas, es lo que nos permite convertir la gratitud en un estilo de vida.
La gratitud genera un buen estado de ánimo, y es razón suficiente para convertirla en un hábito.
La vida cobra sentido cuando somos agradecidos, por eso es importante llevar una lista o bien un diario de las razones que tiene para estar agradecido. Esto requiere disciplina, pero le permitirá estar más consciente de todo lo que vive y experimenta.
Escriba diariamente por lo menos cinco cosas por las cueles se siente agradecido. Posiblemente al inicio no surjan fácilmente, pero conforme convierte la gratitud en un hábito, descubrirá mil razones por las cuales estarlo. Se puede inspirar en la naturaleza, su familia, el trabajo, su país, lo pequeño, lo grande, los amigos, sus características físicas, las oportunidades que tiene, su casa, el logro de sus padres, el lugar donde estudia, su edad, etcétera. Conforme pasan los días descubrirá más motivos para estar agradecido.
Si convertimos la gratitud en un hábito, dejaremos de creer que las personas están obligadas ha hacer lo que hacen, y nos daremos cuenta de que lo que recibimos de ellos es una expresión de amor y aprecio.
Transformar la gratitud en un estilo de vida, produce esperanza, optimismo y deseos de vivir. Las personas agradecidas son más felices y tienen mejores índices de salud.
Si la gratitud se ejercita diariamente, se convierte en algo natural y sin darnos cuenta, nos veremos valorando la vida y apreciando a las personas.
La gratitud nos permite hablar en positivo, reconocer las virtudes de los demás, apreciar las oportunidades y amar más fácilmente. No se trata de ignorar las pruebas o momentos difíciles que todos experimentamos en ocasiones, sino que, aún en esas circunstancias, una actitud positiva, de esperanza y de gratitud, nos ayuda a superar los obstáculos y a no quedar permanentemente dañados por lo que hemos experimentado.
Las personas que agradecen y valoran a los demás, son más alegres y se sienten mejor con ellos mismos.
Ser agradecido es algo personal, por lo tanto no depende de lo que los demás hagan o no hagan, digan o no digan. Somos agradecidos porque decidimos serlo.
* Sixto Porras. Director Regional de Enfoque a la Familia. Autor de los libros: «Amor, Sexo y Noviazgo», «De Regreso a Casa», y «El Lenguaje del Perdón». Coautor de: «Traigamos a los pródigos de regreso al hogar» y «Meditaciones en Familia». Esposo de Helen, y padre de Daniel y Esteban. Su pasión es ayudar a las familias a mejorar.