2020-06-30 | Adopta una perspectiva que te permita avanzar
Sixto Porras*
“¿Por qué ha permitido Dios que me ocurra esto a mí?” Es algo que nos preguntamos mientras a travesamos momentos difíciles. Sin embargo, el Señor no se apresura en explicar lo que él está haciendo y no siempre lo vamos a comprender todo.
En estos momentos de incertidumbre, lo curioso es que no es el dolor el que causa el mayor daño; es la confusión, el no tener respuestas es lo que hace trizas las emociones.
¿Por qué ocurren las cosas?
-Para que Dios sea glorificado y, por medio de las situaciones difíciles, podamos reconocer Su amor, Su misericordia y Su perdón.
-Para que creamos en Él.
-En algunos momentos, es producto de nuestros actos pecaminosos o consecuencia de nuestras malas decisiones.
-Porque Él lo conoce todo. Nuestras propias explicaciones son parciales y el tiempo nuestro no es el tiempo de Dios. Las historias que Dios escribe son tan maravillosas, que un problema en el presente, puede ser un milagro en el futuro.
Vea lo que dice Isaías 55:8-9: “Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos. Afirma el Señor. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!”.
Proverbio 3:5-6. “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.”
Evelyn dijo; “A pesar de que no entienda nada de esta tragedia, yo confío en el Señor y eso ha sido un tremendo consuelo.”
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” Isaías 26:3
Debemos aprender a ver los fracasos como victorias potenciales, como oportunidades para aprender y ser mejores.
Quienes se dejan vencer por los fracasos…
-Culpan a los demás por lo que les ocurre.
-Repiten los mismos errores.
-Esperan nunca más fracasar.
-Creen que van a seguir fracasando.
-Aceptan ciegamente “lo normal esperado”.
-Piensan que son unos fracasados.
-Ceden, se rinden, no lo intentan de nuevo.
-Se sienten limitados y avergonzados por los errores pasados.
-Se relacionan con las personas incorrectas.
Quienes deciden transformar los fracasos en victoria…
-Asumen la responsabilidad de sus actos.
-Aprenden de cada error.
-Reconocen que el fracaso es parte de la vida.
-Mantienen una actitud positiva.
-Vuelven a arriesgarse.
-Identifican lo que no funcionó.
-Perseveran.
-Desafían sus propias limitaciones.
-Eligen inteligentemente a sus amigos.
-No se sienten traicionados por el Señor.
-Reafirman su confianza en Dios.
-Saludan a lo lejos lo prometido.
-Mantienen viva la esperanza.
Cosas que el fracaso no es
-No es algo que se puede evitar.
-No es un hecho que nos descalifica o estigmatiza. Es un momento de adversidad.
-Se cree que es un enemigo, pero es un formador del carácter.
-“¿Quién pecó, él o sus padres?” No es necesariamente consecuencia de un pecado.
-El fracaso no dice que soy un fracasado. Solo fue un traspié.
-Se cree que después del fracaso ya no hay más, y sí lo hay, nos espera lo mejor.
-Erróneamente se piensa que hay quienes nacieron para triunfar y otros para fracasar.
-Erróneamente se piensa que el triunfo o el fracaso es cuestión de suerte, o de familia.
Enfrente sus Defectos
Véase a usted mismo con claridad.
Sea sincero al admitir sus defectos.
Descubra con alegría sus capacidades.
Desarrolle esas capacidades con pasión.
En medio del dolor Jesús se revela así mismo como la fuente de vida y esperanza, como el dador de eternidad, y como el refugio de paz.
“Señor, ten compasión de nosotros; pues en ti esperamos. Sé nuestra fortaleza cada mañana, nuestra salvación en tiempos de angustia.” Isaías 33:2
Levántese, vuelva a intentarlo y siga avanzando. Sueñe, viva un día a la vez, y siga caminando, porque solo el que camina llega.
Extraído del artículo con el mismo nombre. Usado con permiso. www.enfoquealafamila.com
*Sixto Porras. Director Regional de Enfoque a la Familia. Autor de los libros: «Amor, Sexo y Noviazgo», «De Regreso a Casa», «Hijos Exitosos», «El Lenguaje del Perdón» y «Cree en ti». Coautor de: «Traigamos a los pródigos de regreso al hogar» y «Meditaciones en Familia». Esposo de Helen, y padre de Daniel y Esteban. Su pasión es ayudar a las familias a mejorar.