Compromiso


2021-10-06 | Saque la palabra divorcio de su vocabulario y sustitúyala por compromiso


Por Shaunti Feldhahn

Si usted ama a alguien de verdad, trabajará fuertemente por la relación.

Si usted realmente ama a alguien, no debería tener que esforzarse.”

Eso fue lo que la estrella de la película “High School Musical”, Vanessa Hudgens dijo a la revista “CosmoGIRL” en la edición de agosto 2018. Esta joven celebridad estaba hablando a viva voz lo que millones de personas piensan en privado: Los sentimientos del amor deben surgir naturalmente en una relación, de modo que, si usted tiene que esforzarse, algo anda mal. Pero la realidad es exactamente lo contrario: Si usted verdaderamente ama a alguien, trabajará duro por la relación.

Roca o Arena

Jesús habló de una casa que, siendo edificada sobre la arena, fue sacudida por tormentas; mientras que otra casa edificada sobre una roca, permaneció inmóvil. Una de mis grandes sorpresas como analista de relaciones es ver cuántos de nosotros construimos nuestros matrimonios sobre una arena de sentimientos en lugar de edificarlas sobre la roca del compromiso. Pero me ha animado ver que los matrimonios verdaderamente comprometidos son capaces, con la ayuda de Dios, de prosperar incluso en medio de las tormentas inevitables.

Durante un período de cinco años, una amiga cercana estuvo enviándome correos electrónicos en los que compartía las luchas que vivía en su matrimonio. Ella pasó de mensajes diarios que decían “no puedo más” a correos electrónicos que decían: “Él es un regalo para mí.” ¿Qué cambió? Su determinación.

Como dice ella ahora, “un matrimonio exitoso tiene poco que ver con las circunstancias y mucho que ver con la determinación. Saque la palabra divorcio de su vocabulario y sustitúyala por compromiso”.

¿Qué es Compromiso?

El compromiso es la decisión de tener el matrimonio abundante que Dios desea, sin importar las circunstancias o si usted piensa que su cónyuge está haciendo su parte. Esto incluye:

Comprender que el matrimonio es un pacto inquebrantable ante Dios. El ministro de Atlanta, Barry Grecu, explica en las bodas que en la cultura del antiguo hebreo se entendía el pacto, no como un contrato, que se podía romper; sino como un acuerdo obligatorio permanente, como el pacto que Dios hace con nosotros.

Elegir hacerlo “hasta que lo sienta”. A menudo permitimos que nuestros sentimientos guíen nuestras acciones, pero en realidad estamos hechos para lo contrario. Nuestro Creador nos diseñó de tal manera que cuando amamos a otra persona con nuestras acciones, nuestros sentimientos inevitablemente las siguen.

Centrarnos en lo bueno de nuestro cónyuge y en el pecado en nosotros mismos en lugar de lo opuesto. Si usted no está satisfecho con su matrimonio, intente este reto: Por los próximos 30 días no diga nada negativo sobre su cónyuge ni a él o ella, ni a otros. Cada día encuentre algo que aprecia sobre su cónyuge y dígaselo. Esta aplicación marital de Filipenses 4:8 (que nos instruye a enfocarnos en todo lo que es digno de alabanza), tiene el poder de transformar su matrimonio. Cuando nos examinamos y trabajamos para cambiarnos a nosotros mismos, a menudo sacamos también lo mejor de nuestro cónyuge.

Envolverse en la comunidad cristiana, en la oración y en el discipulado, especialmente cuando no lo desea hacer. Estos tres aspectos de la vida cristiana ayudan a sostener a cada creyente, pero son particularmente esenciales para aquéllos que atraviesan una temporada difícil.

Confiar en Dios para ayudarlo a actuar desinteresadamente hacia su cónyuge. Como dice Grecu, “Somos incapaces de vivir las promesas de nuestro pacto con nuestras propias fuerzas. Jesús dijo ‘Apartados de mí, nada podéis hacer’ y nos llama a comprometernos con el Espíritu de Dios para que viva a través de nosotros.”

¿El Compromiso es Posible?

La estadística citada a menudo de que el 50 por ciento de los matrimonios terminan en divorcio, aún entre creyentes, puede hacer que el compromiso parezca que no da mucho fruto. Pero esa estadística es errónea. Docenas de estudios distinguen entre parejas que afirman ser creyentes nominales y aquéllos que priorizan la asistencia a la iglesia. Las parejas que tienen un fuerte compromiso con la fe y con asistir a la iglesia regularmente tienen muchas más probabilidades de tener relaciones para toda la vida.

Un estudio reciente muestra en particular que aquéllos que van a la iglesia y oran juntos tienen una tasa de divorcio mucho más baja. Brad Wilcox, de la Universidad de Virginia, encontró que la asistencia regular a la iglesia reduce la probabilidad de divorcio en un 30 a 35 por ciento. El trabajo de Wilcox es apoyado por otro estudio realizado por Annette Mahoney de la Universidad Bowling Green State, que de forma independiente llegó a una conclusión similar.

Aunque desafortunadamente, esta tasa sigue siendo alta, cuando se añade la oración a la mezcla, los pensamientos de divorcio se desploman. En una encuesta realizada en el año 1998 por “Gerogia Family Council”, se encontró que entre las parejas que oran juntas todas las semanas, solamente un 7 por ciento había considerado seriamente el divorcio; comparado con un 65 por ciento de aquéllos que nunca oran juntos.

El matrimonio abundante que Dios ha diseñado para nosotros no solo es posible, sino también probable y el camino comienza con una palabra: compromiso.







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