2023-07-24 | Cuidando a quienes nos cuidaron
Por Jason Cordero
Todos envejecemos. Cuando nuestros padres y abuelos lo hacen, somos invitados al honorable servicio de cuidarles. Nos convertimos en los cuidadores de aquellas personas que nos cuidaron cuando fuimos pequeños. En cierto sentido, nuestros roles y los de ellos se invierten.
Asumirse como el cuidador de una persona adulta mayor es una tarea digna y gratificante. Pero también es un trabajo duro que requiere energía, actitud positiva, paciencia y dedicación. Una persona adulta mayor debe ser cuidada de forma integral. Esto significa que el cuidador o cuidadora debe velar por que cada área de su ser amado sea debidamente atendida.
Una persona adulta mayor requiere cuidado físico, cuidado emocional, cuidado mental, cuidado relacional y cuidado espiritual. A continuación, explicamos cada una de estas áreas con algunas recomendaciones al respecto.
El Cuidado Físico
El autor de Eclesiastés 12 describe la vejez como el día en “que dejen de brillar el sol y la luz”, el día en que “se detendrán las molenderas por ser tan pocas y se apagarán los que miran a través de las ventanas.” Continúa diciendo que llegará en día en que “se irán cerrando las puertas de la calle, irá disminuyendo el ruido del molino, las aves elevarán su canto, pero apagados se oirán sus trinos.” Y afirma además que “sobrevendrá el temor por las alturas y por los peligros del camino.”
Estas metáforas refieren a la ceguera, a la pérdida de dentadura, a la sordera, y al vértigo. Y aunque estos padecimientos no necesariamente describen la adultez mayor, el poema sí refiere al hecho de que el cuerpo de nuestros seres amados se ve afectado conforme la edad avanza.
Cuando cuidamos a un adulto mayor debemos prestar atención a:
Padecimientos crónicos conocidos que requieren atención constante. Es importante que la medicación no sea interrumpida. Para ello, el cuidador puede acompañar a su ser amado a las consultas médicas para enterarse de primera mano de los cuidados específicos que se deben seguir. El objetivo es evitar la negligencia o el descuido de la enfermedad.
Enfermedades o padecimientos nuevos. En algunos casos la persona adulta mayor prefiere no comentar que se siente mal para “no molestar” a sus cuidadores. Es por ello que el cuidador debe estar atento a brindar asistencia médica oportuna a su ser amado.
Cambios físicos propios de la edad. Conforme el envejecimiento avanza se pierde masa muscular, y puede aparecer dolor en huesos y articulaciones. La piel, las uñas y el cabello pueden tornarse más débiles también. El cuidador será de gran ayuda al proveer de cremas y medicamentos adecuados para su adulto mayor.
La alimentación y la digestión. La malnutrición es un riesgo principalmente para adultos mayores que viven solos. La falta de apetito y las pocas ganas de cocinar solo para ellos puede ser una peligrosa combinación. El cuidador hará bien en revisar que su ser amado tenga las provisiones necesarias para disfrutar de una buena alimentación, así como verificar que se esté alimentando bien.
La condición de los órganos vitales. Conforme la edad avance resultará importante hacer chequeos generales de la salud de nuestros adultos mayores. Algunas áreas de control regular son el corazón, la presión arterial, el sistema respiratorio, el sistema nervioso y las funciones mentales.
El ejercicio. El sedentarismo es una amenaza para la salud de los adultos mayores. Es necesario encontrar actividades físicas que resulten adecuadas para las condiciones y posibilidades de cada adulto mayor. Se pueden implementar desde pequeñas caminatas diarias hasta la participación en algunas disciplinas que no atenten contra su salud, como la natación para personas de la tercera edad.
El Cuidado Emocional
Las personas adultas mayores experimentan cambios en distintas áreas de su vida. Su cuerpo es solo una de esas áreas. El aspecto emocional de su ser amado será una de las áreas en las que estará experimentando cambios conforme el proceso de vejez avance. La tristeza, el enojo y el miedo son algunas de las emociones que se pueden intensificar en un adulto mayor conforme avanza en edad.
Los cuidadores de las personas adultas mayores podrán notar cambios repentinos en las emociones o estados prolongados de estas. La tristeza profunda o el enojo constante pueden ser motivo de conflicto, pero en realidad solo son manifestaciones de procesos de vida más profundos que nuestros seres amados están experimentando.
Al cuidar el aspecto emocional de un adulto mayor:
Valide las emociones. Al igual que con los asuntos físicos, algunos adultos mayores tienden a menospreciar lo que sienten o buscan ocultarlo para no incomodar a quienes están a su alrededor. Es necesario reconocer los sentimientos y emociones del adulto mayor para poder acompañarle en su experiencia y poder atenderle con empatía y compresión.
Ayúdele a procesar las pérdidas. Una causa de tristeza y ansiedad es la experiencia de la pérdida para el adulto mayor. Procesos de este tipo se pueden dar al dejar el empleo o al ver a los miembros de su familia vivir aparte para desarrollar su vida. También, por su puesto, al perder a un ser querido como el cónyuge, hermanos o amigos de la misma edad. Usted puede servir como interlocutor para que su adulto mayor pueda expresar lo que siente. Ayúdele a apreciar lo bueno de cada etapa y agradecer a Dios por lo que aún disfruta.
Identifique las causas de la ansiedad. Si su ser amado se muestra frecuentemente ansioso, busque tener espacios intencionados de conversación para conocer si hay alguna causa específica que le tenga preocupado. En ocasiones, hablarle le traerá más tranquilidad. En otros casos, usted podrá ver asuntos que no había notado y que, al abordarlos, traerá paz a su adulto mayor.
Busque ayuda profesional. Si el estado emocional de su adulto mayor es extremo, por ejemplo, constante preocupación, ansiedad o estrés, es recomendable acudir a un consejero o profesional en psicología que les pueda orientar. Si se tratara de una depresión, consultar con un psiquiatra sería recomendable.
Usado con permiso. enfoquealafamila.com