2023-09-04 | Los padres son tan esenciales para el desarrollo saludable del niño como lo son las madres.
Los padres son tan esenciales para el desarrollo saludable del niño como lo son las madres. “Psychology Today” explicó: “La paternidad resulta ser un fenómeno complejo y único con enormes consecuencias para el crecimiento emocional e intelectual de los niños”. (“Shuttle Diplomacy” Psychology Today, Julio/Agosto 1993, p. 15). Erik Erikson, un pionero en el mundo de la psicología infantil, afirma que el amor de un padre y el amor de una madre son cualitativamente diferentes. Los padres “aman más peligrosamente” porque su amor es más “expectante, más instrumental” que el amor de una madre. Como menciona Kyle D. Pruett, en The Nurturing Father, (New York: Warner Books, 1987), p. 49. “Un padre aporta una contribución única en el trabajo de crianza de un niño que nadie más puede replicar”. Las siguientes son algunas de las formas más convincentes en que el involucramiento de un padre marca una diferencia positiva en la vida de un niño.
Los padres crían de manera diferente
El experto en paternidad, el doctor Kyle Pruett explica que los padres tienen un estilo distinto de comunicación e interacción con los niños. A las ocho semanas de edad, los bebés pueden notar la diferencia entre la interacción que tienen con su madre y la que tienen con su padre. Esta diversidad en sí misma, brinda a los niños una experiencia más amplia y rica debido al contraste en la interacción de sus relaciones. Ya sea que se den cuenta o no, los niños están aprendiendo, por pura experiencia, que los hombres y las mujeres son diferentes y tienen diferentes formas de lidiar con la vida, con otros adultos y con los niños. Comprender esto es fundamental para su desarrollo.
Los padres juegan de manera diferente
Los papás hacen más cosquillas, inician más juegos de luchas y lanzan a sus hijos al aire (mientras que la mamá dice . . . “¡No tan alto!”). Los padres persiguen a sus hijos, algunas veces como “monstruos” juguetones y aterradores. El experto en paternidad John Snarey explica que los niños que juegan rudo con sus padres aprenden que morder, patear y otras formas de violencia física no son aceptables. John Snarey, How Fathers Care for the Next Generation: A Four Decade Study (Cambridge: Harvard University Press, 1993), p. 35-36. Los niños aprenden el autocontrol cuando se les dice “ya es suficiente” y cuándo deben calmarse. Tanto los niños como las niñas aprenden un equilibrio saludable entre la timidez y la agresión.
Los padres construyen confianza
Vaya a un parquecito de juegos y escuche a los padres. ¿Quién está motivando a los niños a columpiarse o a escalar solo un poco más alto, a andar en bicicleta solo un poco más rápido, a lanzar la pelota solo un poco más fuerte? ¿Quién está motivando a los niños a tener cuidado? Las mamás protegen y los papás alientan a los niños a superar sus límites. Cualquiera de estos estilos de crianza por sí solo puede ser poco saludable; uno puede tender a fomentar el riesgo sin tener en cuenta las consecuencias, y el otro tiende a evitarlo, lo cual puede no favorecer la independencia y la confianza. Pero juntos, ayudan a los niños a permanecer seguros al mismo tiempo en que amplían sus experiencias y aumentan su confianza.
Los padres se comunican de manera diferente
Un estudio importante mostró que en lo que respecta a la forma de hablarle a los niños, los padres y las madres son diferentes. Las mamás simplificarán sus palabras y hablarán al mismo nivel del niño. Los hombres no están tan inclinados a modificar su lenguaje para el niño. El estilo de la madre facilita la comunicación inmediata; la manera del padre desafía al niño a ampliar su vocabulario y sus habilidades lingüísticas, un componente importante para el éxito académico.
Los padres disciplinan de manera diferente
La psicóloga educativa Carol Gilligan nos dice que los padres enfatizan en la justicia, la equidad y el deber (basados en las reglas), mientras que las madres enfatizan en la simpatía, el cuidado y la ayuda (basadas en las relaciones). Los padres tienden a observar y hacer cumplir las reglas de forma severa y sistemática, enseñando a los niños las consecuencias del bien y del mal. Las madres se inclinan hacia la gracia y la simpatía, brindando un sentido de optimismo. Nuevamente, cualquiera de estos enfoques disciplinarios por sí solo no es bueno, pero juntos crean un equilibrio saludable y adecuado.
Los padres preparan a los niños para el mundo real
Los padres involucrados ayudan a los niños a entender que las actitudes y los comportamientos tienen consecuencias. Por ejemplo, los papás son más propensos que las mamás a decirles a sus hijos que si no son amables con los demás, los niños no querrán jugar con ellos. O que, si no les va bien en la escuela, no entrarán a una buena universidad o no conseguirán el trabajo que desean. Los padres ayudan a los niños a prepararse para la realidad y la dureza del mundo.
Los padres proporcionan una mirada al mundo de los hombres
Las mujeres y los hombres son diferentes; comen de manera diferente, se visten de forma diferente, le hacen frente a la vida de manera distinta. Las niñas y los niños, que crecen con un padre, están más familiarizados y seguros con el interesante mundo de los hombres. Las niñas que tienen papás involucrados y casados tienen más probabilidades de tener relaciones más saludables con el sexo opuesto, porque aprenden de sus padres cómo es que los hombres se comportan apropiadamente con las mujeres; ellas saben cuáles comportamientos son inapropiados. Ellas también tienen una familiaridad saludable con el mundo de los hombres; no se preguntan cómo se siente la barba de un hombre o cómo se siente ser abrazadas por brazos fuertes. Este conocimiento genera seguridad emocional y las protege del abuso de machos depredadores. Los niños que crecen con sus papás son menos propensos a ser violentos. Tienen su masculinidad afirmada, y aprenden de sus padres cómo canalizarla y fortalecerla en formas positivas. Los padres ayudan a los hijos a comprender la sexualidad masculina adecuada, la higiene y el comportamiento en maneras apropiadas de acuerdo con la edad. Como explica el destacado sociólogo David Popenoe: “Los padres son mucho más que simples ‘adultos secundarios’ en el hogar. Los padres involucrados, especialmente los biológicos, traen beneficios positivos a sus hijos que probablemente ninguna otra persona les traería.” David Popenoe, Life Without Father (New York: The Free Press, 1996), p. 163.
© 2022 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Utilizado con permiso. Publicado originalmente en inglés en focusonthefamily.com.