Ayudando a sus hijos a alcanzar el mejor propósito de año nuevo


2024-01-08 | Cómo ayudar a niños de diferentes edades a escuchar la voz de Dios


Por Janine Petry

Establecer propósitos de Año Nuevo con los niños se asemeja mucho a su capacidad de escuchar. Cada uno de los miembros de nuestra familia, desde el preescolar hasta el padre, puede identificarse con el hecho de escuchar a alguien hablar sin realmente prestarle atención. El otro día, mi hijo tenía una lista sencilla, solo debía recordar cuatro cosas: ponerse el pijama, cepillarse los dientes, tomar agua y meterse en la cama. Mientras lo ayudaba a recoger sus juguetes, repasé las instrucciones una segunda vez. Impresionado por su atención silenciosa, le pedí que repitiera qué era lo que necesitaba hacer para prepararse para dormir.

Sin dudarlo, respondió: “No tengo ni idea”.

Estableciendo propósitos  de Año Nuevo con sus Hijos

Una cosa es perder el enfoque y olvidar la rutina de la hora de dormir o una tarea escolar o perderse de una broma. Y otra muy distinta es perder la conexión con Dios, dejar de escuchar Su Palabra y no avanzar hacia lo que Él tiene para nosotros.  Y si poner atención a los demás es todo un reto, discernir la voz de Dios requiere aún mayor intencionalidad. Por esta razón, como familia hemos establecido un propósito de Año Nuevo poco convencional para los niños: aprender a escuchar a Dios y responder a lo que Él dice.

3 formas de escuchar a Dios intencionalmente

Aunque puede que no sea una idea nueva, escuchar la voz de Dios es algo que necesitamos practicar intencionalmente; y es algo que podemos perseguir como familia, incluso con nuestras diferentes personalidades, estilos de aprendizaje y madurez en la fe de tres maneras distintas:

1. Escucharemos a Dios individualmente.

Cuando nuestra hija mayor estaba aprendiendo a montar en bicicleta, pasamos mucho tiempo sosteniéndola para ayudarla a mantener el equilibrio. Cuando supimos que estaba lista, la soltamos durante distancias cada vez más largas hasta que ya no necesitó ayuda para mantener el equilibrio. Este año, mi esposo y yo estamos adoptando un enfoque similar para ayudar a nuestros hijos a aprender a escuchar a Dios.

Tenemos la intención de sentarnos con nuestros dos hijos más pequeños cerca de una colección de libros infantiles ilustrados, que les enseñen las maravillas de nuestra fe.

Luego, nos quedaremos con ellos durante estos tiempos, ayudándoles a entender lo que es pensar y hablar con Jesús; y prestar atención a la sabiduría y dirección que Él pueda poner en nuestros corazones.

Permitiremos que nuestros dos hijos mayores pasen más tiempo a solas con Dios, y frecuentemente les ayudaremos a responder las preguntas que tengan.

Incluso en los momentos difíciles, cuando no estemos seguros de estar haciéndolo bien o cuando dejemos que las ocupaciones se interpongan en nuestro camino, seguiremos allí juntos, animándonos unos a otros a seguir escuchando a Dios a través de Su Palabra escrita y a continuar desarrollando nuestras relaciones individuales con Jesús.

2. Escucharemos a Dios a través de los demás.

Hace unos años, nuestra hija menor pasó por una temporada de despertar espiritual. La oíamos llorar en su cama por la noche. Cuando corríamos a su habitación para averiguar qué le pasaba, empezaba a sollozar con una lista de pecados no confesados. Eran pecados de hacía algún tiempo; y solo puedes imaginar las cosas que una niña de 6 años podría confesar.

Conteniéndonos las ganas de reír y abrazando la dulzura de su sensibilidad, aprovechamos esos momentos para enseñarle conceptos como la convicción, la confesión y el perdón, y cómo ser sensibles al Espíritu que nos guía es una de las maneras en que Dios quiere que le escuchemos. Mientras tanto, su hermana mayor escuchaba desde su cama. Muchas conversaciones familiares valiosas surgieron de esas noches, cuando Dios usó a nuestra pequeña hija para guiarnos a todos.

Aunque este tipo de momentos familiares suelen ser inesperados y no planeados, este año los buscaremos con anticipación. Cada miembro de mi familia es una parte del cuerpo de Cristo, y sabemos que Dios aparecerá, justo en medio de nuestra mezcla única de personalidades y perspectivas. Cuando escuchamos a Dios trabajar en los demás, podemos oír cómo nos habla a nosotros también.

3. Escucharemos a Dios a través de los que están fuera de nuestra familia.

Una vez, durante un viaje familiar por carretera, mientras hablábamos del lugar al que nos dirigíamos, estábamos tan envueltos en la conversación que teníamos dentro del coche que no vimos las señales de tráfico fuera de nuestro vehículo y el desvío subsiguiente. Pronto nos encontramos a kilómetros de donde pretendíamos estar. Del mismo modo, aislarnos dentro de nuestra familia y no prestar atención al mundo exterior puede impedirnos escuchar la voz de Dios y seguir Su guía.

Este año, todos nos estamos conectando individualmente a un programa en nuestra iglesia para que podamos escuchar mejor lo que Dios está diciendo a través de los demás. Cuando nos reunamos con nuestros hijos después de estas actividades, pasaremos tiempo escuchando lo que hicieron y lo que están aprendiendo; así todos podremos conectar los puntos para discernir lo que Dios nos está diciendo. Pero ¿cómo lograr mantener los propósitos de Año Nuevo para los niños durante los primeros meses del año?

7 preguntas que nos ayudarán a responder

Escuchar a Dios es una habilidad que esperamos convertir en un hábito de por vida, pero eso solo cumpliría con la mitad del propósito de Año Nuevo que sus hijos se habrán planteado. Mientras escuchamos y oímos la voz de Dios, tendremos que hacernos esta pregunta de seguimiento: ¿Cómo estamos respondiéndole?

Utilice esta lista de siete preguntas para ayudar a sus hijos a responder ante la voz de Dios. Así tendrá una pregunta para cada día de la semana. En la cena, podemos abordar estas preguntas juntos como una familia. Puede utilizar estos sencillos iniciadores de conversación para ayudar a su propia familia a responsabilizarse de lo que Dios les está diciendo.

7 preguntas que podrán ayudarles con su propósito de Año Nuevo.

1. Domingo: ¿Qué escuchaste de Dios o aprendiste sobre Dios hoy en la iglesia?

2.Lunes: ¿Qué versículo de la Escritura te mostró Dios hoy? ¿De qué forma te impactó?

3. Martes: Comparte algo que viste o hiciste hoy que te hizo pensar en Dios

4.Miércoles: ¿Qué crees que Dios nos está enseñando como familia? ¿Por qué?

5.Jueves: ¿De qué forma has visto a Dios ayudando a alguno de nosotros en nuestra familia? ¡Comparte una historia!

6.Viernes: Comparte algo con lo que estás lidiando en este momento. ¿Cómo puedes buscar la ayuda de Dios en esta situación?

7.Sábado: ¿Qué es algo que aprendiste acerca de Dios esta semana? ¡Compártelo con nosotros!

Si se pierden un día, no se preocupe: tendrán la oportunidad de abordarlo la semana que viene. Nuestro objetivo es buscar la dirección de Dios en la vida diaria. Luego, responder a Su guía, ayudándonos unos a otros en el camino. Mantener este propósito de Año Nuevo no sucederá de la noche a la mañana. Sea un ejemplo para sus hijos de cómo mantener este propósito de Año Nuevo a través de la consistencia y la conversación.

 

Derechos Reservados. Aviva Nuestros Corazones. Escrito por Jeanne Harrison. Usado con permiso. www.AvivaNuestrosCorazones.com.