2024-08-20 | No te amoldes al estilo de vida de esta generación, disponte a madurar y crecer;
Por Betsy Gómez.
En ocasiones me ha sucedido que alguien me pregunta mi edad y al responder que tengo 40 años se produce un cortocircuito en mi cerebro. No me malinterpretes, estoy feliz de tener esta edad; pero no puedo creer cómo llegué aquí tan rápido. Siempre pensé que cuando fuera una señora (como me llaman cuando estoy en el supermercado con los niños) existirían los carros voladores y el mundo se parecería a los dibujos animados futurísticos «Los Supersónicos», que miraba cuando era niña.
Nada se parece a lo que imaginé, creo que el problema estaba en que siempre veía el futuro como algo muy lejano. Pensaba que «ser grande» era algo que iba a suceder en siglos, como cuando miras el horizonte desde la playa; luce inalcanzable, pero la realidad es que está ahí enfrente tuyo.
Y ahora me encuentro del otro lado del horizonte en el mundo de la gente grande, mejor dicho, «adulta», porque en realidad no crecí mucho. Y la verdad es que agradezco cada uno de los pasos que tomé en mi adolescencia hacia la madurez, cada una de las decisiones que me empujaron a crecer. Hoy valoro la importancia de no adaptarse a un mundo que celebra todo lo infantil e inmaduro, que rechaza la seriedad y tilda de aburrido todo lo que no puede ser procesado en la mente de un niño.
Y algo que me llama mucho la atención en la Palabra de Dios es que de lo poco que se habla de la infancia de Jesús, se registra esto:
«Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres», Lucas 2:52.
A la edad de 12 años, Jesús estaba sentado con maestros charlando acerca de temas profundos; todos se sorprendían de la sabiduría y del entendimiento que tenía. Evidentemente Jesús no estaba haciendo chistes, Él estaba avanzando hacia Su madurez; progresando hacia la meta de convertirse en un hombre. Las jóvenes de hoy en día necesitan una dosis de esa actitud. Una disposición de crecer, no solo en estatura, sino también en sabiduría y gracia delante de Dios y de quienes le rodean.
Eso es posible, ahí justo en la etapa en la que te encuentras. El futuro es lo más cercano que tienes; la adolescencia es una etapa muy corta y que por más que lo intentes no podrás vivir en ella toda la vida. No te amoldes al estilo de vida de esta generación, disponte a madurar y crecer; no te conformes con la cultura infantil e inmadura que caracteriza estos tiempos, más bien sé intencional en crecer.
Aquí te dejo algunas recomendaciones para comenzar a hacerlo:
Estudia la Biblia seriamente
Escoge un libro de la Biblia y estúdialo a profundidad.
Lee biografías de cristianos
Hay muchísimo que aprender de hombres y mujeres que dieron sus vidas por la causa del Evangelio. Sumérgete en historias de gente de carne y hueso que con su fe pueden inspirarte a vivir para Cristo.
La sombra del Todopoderoso: La vida y el testamento de Jim Elliot
El refugio secreto (Corrie Ten Boom)
La Intrépida Rescatadora: La Vida De Amy Carmichael
Gladys Aylward: La Aventura de una vida
Si lees en inglés te recomiendo:131 Christians Everyone Should Know
Aprende acerca del diseño de Dios para ti como mujer
Tendrás muchísimas ventajas si aprendes desde ahora cuál fue el propósito de Dios al crearte mujer. Vivir sin saber esto es como comenzar a armar un mueble sin leer el manual de instrucciones, al final pondrás piezas donde no van y tendrás que desarmarlo todo para comenzar de nuevo. Un paso a la madurez es cultivar un corazón por la feminidad bíblica.
Desarrolla relaciones intergeneracionales
Aunque el título parezca sacado de la ONU, en realidad su significado es simple: sé intencional en establecer amistades con mujeres piadosas que sean mayores que tú. Este tipo de relaciones viene directo de la misma Palabra de Dios. Míralo en Tito 2:3-5. Identifica a una mujer mayor que ame a Jesús, quizás una de las líderes de la iglesia e invítale a cenar contigo una hamburguesa o a tomar un helado, hazle preguntas de cómo fue su adolescencia, de los errores que cometió y pídele que te dé consejos. Estoy segura que esto será muy útil para ti.
Cultiva una amistad con tu madre
Te confieso que ahora, más de 25 años después, es cuando más disfruto de una conversación real y honesta con mi mamá. Cuando era adolescente sentía que todo el mundo conspiraba en mi contra, ¡qué equivocada estaba! Me perdí de momentos hermosos que pude haber disfrutado con ella. ¡No cometas el mismo error por favor!
¿Qué tal si haces una cita con ella? Te puedes alejar del bullicio y sentarte en un lugar tranquilo a hacerle preguntas acerca de cómo fue su infancia, cuáles fueron sus temores cuando era una adolescente… Reconozco que cuando escuché esas historias de los labios de mi mami pude entender muchas cosas que me hicieron ser más empática con ella, y nuestros corazones se unieron. En otro momento quizás puedes pedirle perdón si has estado distante o cualquier pecado que Dios traiga a tu corazón. Mantenerte cerca de tu madre en tus años de adolescencia; te protegerá de tomar muy malas decisiones.
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