El compromiso en la pareja


2022-08-04 | El verdadero compromiso es mucho más que palabras lindas dichas en el altar.


 Mauricio Mora*

“El compromiso es lo que convierte una promesa en una realidad”.

Abraham Lincoln.

Para un matrimonio duradero y exitoso, es imprescindible que se cumpla con el compromiso que se realizó al casarse. Arthur Gordon decía: “Nada es más fácil que decir palabras, y nada es más difícil que vivir acorde a ellas día tras día”. Si lo piensa bien, la unión duradera está basada en un compromiso real. Al comprometernos no estamos buscando tantear o calcular si nos va a ir “suficientemente bien” para poder mantener la promesa de quedarnos juntos; se trata de que en medio de las equivocaciones o errores que tengamos cada uno, y de las cosas negativas que trae la vida, decidamos seguir juntos; eso es compromiso (lógicamente hay límites para esas equivocaciones personales, como la violencia intrafamiliar y el abuso).

Cumplir un compromiso define la madurez de una persona, así como también define cuánto ama a su pareja; el tamaño de su cumplimiento es el tamaño de su amor. El amor verdadero no se define por lo que siento (las emociones), es definido por los actos y acciones cotidianas. Ahora, en el camino a cumplir un compromiso, la pareja es formada en madurez, en fortaleza, en lealtad y en integridad, logrando crecer y amar más.

El compromiso tiene varias características como por ejemplo que es un valor que no nace con nosotros, por lo tanto debemos construirlo; que el cumplirlo no es una opción, es una responsabilidad para aquel que lo adquirió y que es mutuo; que involucra a los dos y no es funcional cuando solo uno de los dos lo cumple. Comprometerse con alguien que se ama es elegir un camino funcional y sabio para poder sostenerlo y así poder lograrlo día tras día, con la actitud de nunca atreverse a salir de él. Comprometerse no entiende de fracasos ni de deseos de rendirse, es saber que por muchos obstáculos que surjan, un compromiso tiene la fuerza de superarlos  todos.

La clave principal para cumplir el compromiso matrimonial se basa en tener una actitud firme y mantener una espiritualidad genuina. Si ambos tienen una relación real, seria y profunda con Dios, el fruto será un corazón limpio, maduro y con altos valores morales, los cuales dan fuerza para resistir y ser responsable para cumplir las promesas que se hicieron con la persona amada.

Al compromiso lo conforman tres partes:      

·         La promesa: Es el paso inicial y la base en donde se desarrolla el compromiso. La promesa configura el contenido y las características de lo que se debe cumplir; es la parte en la que, lamentablemente, la mayoría de las personas se quedan solo con las palabras. Cuando la promesa se cae fácilmente es porque fue motivada por un momento de enamoramiento en una persona inmadura.

·         El proceso: Este es más complejo porque puede durar desde un segundo hasta toda la vida, dependiendo de la promesa y del tipo de persona que la hizo. Esta parte es un filtro, porque muchas personas prometen e inician el proceso pero dejan el compromiso de lado luego de un tiempo, como haciéndose los despreocupados, los olvidadizos o simple y sencillamente echándole la culpa al tiempo y a varios factores como el desamor, la rutina y el cansancio; muchas veces esto puede encubrir una situación de infidelidad para irse con otra persona.

·         El cumplimiento total: Es el paso final, y se hace énfasis en la palabra "total" porque si no se cumple con el compromiso en su totalidad, entonces no se ha cumplido con el compromiso inicial, la promesa queda a medias. A esta parte solo llegan quienes lucharon en el proceso, el cual obviamente tuvo complicaciones más allá de las que se podían planificar o esperar, porque conforme se avanza en el proceso, se encuentran obstáculos mayores y más complejos de acuerdo al nivel de compromiso alcanzado por la persona. Existen personas que están esperando que el compromiso matrimonial se cumpla solo o de forma automáticamente, y existen otras que hacen que ese compromiso se cumpla y sea una realidad diaria.

Sé que cuando se hace la promesa en el altar, no se tiene conciencia total de lo que se está diciendo y que, además, se está muy enamorado. Al pasar el tiempo y mirar lo que realmente significa cumplir esa promesa, podemos caer en razón y pensar “vaya en qué me metí, esto no será fácil”, pero es en ese momento donde construimos el verdadero compromiso en nosotros, y es ahí donde luchamos por permanecer al decir: “no sé cómo, pero decido cumplir mis promesas, voy para adelante hasta el final, hasta que la muerte nos separe”.




*Lic. Mauricio Mora Araya. Teólogo con énfasis en Psicología y Consejero familiar. Conferencista y charlista en el área de familias, padres, parejas jóvenes, empresas y grupos religiosos. Es padre de dos hijos junto a su esposa Gissell España Jiménez. Contacto: grupovidacr@gmail.com

Usado con permiso: enfoquealafamilia.com