¿Adictos al celular? Parte III


2018-10-23 | Ejercítate en los pasos prácticos hacia la libertad


Romina Diédrich*

Proceso de recuperación

¿Te sientes adicto? Salir de una adicción no es un proceso mágico, y requiere que seas activo en el proceso de tu recuperación.



  1. Reconoce el problema. Debes hacerte cargo de tu problema. En la Biblia leemos que lo que te aleja de Dios se considera un pecado. Es importante que puedas ver cuando estas empezando a alejarte de Dios por usar tu celular.



  2. No dialogues con tu pecado. Puedes estar siendo víctima de tus propias manipulaciones (“un poco más”, “necesitas ver eso”, “¿qué habrán publicado de nuevo?”, “te olvidaste de escribirle a tal persona”, “tuviste un día muy complicado, te mereces un descanso”, etc.). Lo importante es que reconozcas que tienes un problema y puedas obrar en consecuencia para salir.



  3. Comparte el problema con un mentor. Alguien que pueda ayudarte y guiarte, a quien puedas contarle tus debilidades y pueda hacerte un seguimiento. No pienses que lo sabes todo ni que puedes hacer todo solo, es importante que te abras y reconozcas tu debilidad (Romanos 12:16b)



  4. Ponte en principio medidas externasque te ayuden a controlar tu adicción. Puede ser cortar internet si es necesario, ponerte filtros y aplicaciones que limiten tu uso del móvil, entregar el celular a tus padres o algún mentor, cerrar redes sociales que consideres más adictivas.



  5. Reconoce el proceso de recaída. La adicción funciona en ciclos. Se produce un proceso de acumulación de tensión (quehaceres del día, problemas laborales o sociales, exigencias en la escuela o universidad, etc.), luego la persona cae en la adicción y finalmente se produce el bienestar. Pero ese bienestar dura poco y luego se genera nuevamente la acumulación de tensión para luego recaer en la adicción una vez más. Reconocer este proceso ayuda a llegar antes de la caída y comenzar a generar canales de descarga más saludables.  



  6. “Vive” y no “navegues”.Aunque tu adicción grite lo contrario, nunca la vida virtual va a ser mejor que la real. Aunque tu móvil y te ofrezca lo que parece ser mejor, mas cómodo, placentero y divertido, te dejara nuevamente atado, adicto y recayendo. Alimenta una red social sana, haz algún deporte o ejercicio físico, estudia, trabaja, desarrolla tus hobbies, mantente ocupado. La iglesia puede ser una gran fuente de apoyo en estas adicciones. Acércate a una iglesia local que pueda mostrarte el camino al Señor. Dios te diseño con un propósito eterno, te ofrece la vida eterna y te llama a ser su Hijo. Ver a Dios como PADRE, por ejemplo,  ha ayudado a muchos adictos que no han tenido una figura paterna de sustento, contención y en donde puedan identificarse. Pero en Dios esa figura puede ser real. Es Él el que te ofrece vida en abundancia.  También, los grupos de adolescentes, jóvenes y adultos de una iglesia pueden ayudarte a desarrollar el área social que quizá tengas debilitada.



  7. Entrega todo tu cuerpo a Dios y mantente firme en no permitir que el pecado te controle.Entiende que puedes tú dominar al celular y no al revés. Solo no puedes, pero en una búsqueda sincera, profunda e integra de Dios podrás encontrar las herramientas necesarias para hacerlo. (Romanos 6:12-13 y 12:1).



  8. Entiende que puedes permanecer “limpio”en medio de una tendencia social de mayor adicción al móvil, incluida la pornografía. En la Biblia vemos el ejemplo de Samuel, quien, a muy corta edad supo permanecer cerca de Dios aunque las personas alrededor practicaban pecado. Dios te está llamando en medio de la “noche” y espera que le digas: “Habla Dios, que tu siervo oye”.



Y recuerda… el responsable de vivir una vida abundante, “real” y “viva” eres tú. Con Dios de tu lado puedes vencer este gigante día a día.







*Romina Diédrich es Licenciada en Psicología. Trabajó tres años colaborando en un tratamiento para adictos. Hace siete años es docente, y actualmente dicta Terapia Familiar y de Intervención y Tratamiento Sistémico. Además, hace siete años es terapeuta especializada en familia.